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¿Conocen la teoría fenomenológica?. Aquí tienen un comentario sobre ella, se trata de un pequeño ensayo que tuve que hacer para un trabajo de Teoría de la Literatura. Espero que con él puedan esclarecer de que trata esta teoría.

 

"Las voces no son las mismas"

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Un relato introductorio

La madre de David estaba ilusionada, había comprado un vídeo de Mortadelo y Filemón. David devoraba los cómics de estos personajes, hablar de ellos era el tema preferido de conversación con su madre. Por eso, cuando ella vio un vídeo de estos personajes en una tienda no dudó en comprarlo. De camino a casa se estaba imaginando a su hijo, de como disfrutaría viendo en la tele a sus personajes preferidos. ¡David sólo había leído sus cómics, y nunca había visto una historieta de ellos por la tele! Así que saltó de alegría cuando vio el vídeo y se puso tan nervioso que pidió verlos en ese mismo momento.

Su madre se quedó extrañada al observar que David mientras veía los dibujos animados no estaba para nada entusiasmado, es más, David parecía totalmente decepcionado. La madre le preguntó: “¿qué pasa?, ¿es que no te gusta Mortadelo y Filemón?”. David le respondió: “mamá, ¡es que no son ellos!, ¡las voces no son las mismas!”.

Este intento de relato se basa en un hecho real y aunque no conozco a este niño, estoy seguro que no conocía ni a INGARDEN ni a ISER, ni por supuesto, la teoría fenomenológica. A pesar de ello, creo que este niño expresa lo más esencial de esta teoría.

Posiblemente nosotros no expresaríamos tan claramente y con la simplicidad y espontaneidad de David nuestra propia experiencia cuando vemos una película basada en un libro que hemos previamente leído: o ¿nuestro Aquiles de la Iliada no es otro del Aquiles de la película Troya?, ni siquiera las murallas son las mismas, ni tampoco nuestro Caballo de Toya se parece al de la película. Mientras leemos creamos nuestra propia representación del texto, podemos crear nuestra historia dentro de la historia, hasta llegamos a crear personajes dentro de la narración que no existen en el texto. Damos vida a la obra, la convertimos a nuestra manera en real, o ¿no es increíble el comienzo de la Metamorfosis de Kafka?, “Gregorio Samsa despertó aquella mañana después de un sueño inquieto y sorprendiose en su cama convertido en un monstruoso insecto”, y aún así, ¡seguimos leyendo!, no cerramos el libro, ni nos decimos: ¡qué estafa!, ¡qué mentira tan grande! Con el proceso de la lectura, llegamos a convertir lo increíble en verosímil: lo vivimos, seguimos leyendo y nos imaginamos a un monstruo espantoso, un monstruo muy diferente al que un día se nos aparece representado en un dibujo cuando hojeamos otro libro de la Metamorfosis en una librería. A esa “cucaracha” de Gregorio le hemos dado una vida en nuestro interior, por eso nos resulta extraño ver dibujada la “cucaracha” de otra forma más (o menos) espantosa de la que teníamos en la cabeza.

 A Luis Landero le oí un día decir que cuando publica un libro ya no lo siente suyo (eso sí, ¡sigue cobrando los derechos de autor!): ¡hasta el mismo autor se desliga de su obra! Se dice que el autor cede su voz ya sea a un personaje o a otro narrador, pero también cede al lector la capacidad de crear sus propias experiencias y de dar otra vida a su obra: el libro deja de ser del autor para ser una obra del dominio público, un software libre, ¡un Linux!, que se puede tocar y modificar.

 Interpretamos el Quijote de múltiples formas, ni Cervantes sabía tanto de su Quijote de lo que está actualmente publicado. Estoy seguro que si Cervantes leyese toda la bibliografía sobre el Quijote se sorprendería de lo que ha creado, incluso podría llegar a morirse de risa al leer los significados que le sacan a su obra. Pero no nos debemos preocupar por eso: como la obra ha dejado de ser suya, cada uno de nosotros somos libres de interpretarla como queramos. Así que no me debo preocupar cuando leo en un ensayo sobre Moby Dick que Ahab representa al Bien, cuando a mí mismo, en concreto, se me ha representado como el Mal. Toda interpretación espontánea nos puede servir. Pero a pesar de ello, la obra está acotada, hay un límite a su trasgresión. A la obra se le podrá encontrar infinitos significados pero sigue acotada: Moby Dick nunca será un león, Ahab nunca será un barco ni Ismael una foca. Si queremos quedarnos tranquilos, podemos definir nuestro texto que es lo que no es, así, aunque las posibilidades de la lectura sean infinitas, la lectura no es indefinida. Igual que en la Mecánica Cuántica un electrón está en todos los sitios a la vez y aún así sus estados posibles son claros y están acotados, el texto tiene un universo acotado dentro del cual creamos nuestras propias vivencias, experiencias, interpretaciones y hasta nos permitimos ciertas libertades. No nos confundamos y no deconstruyamos al texto, deconstruyamos la deconstrucción.

 

Referencias

·       INGARDEN, Roman. "Concreción y reconstrucción". En: WARNING, Reiner (compilador). Estética de la recepción. Madrid, Visor, colección "La balsa de la medusa". 1989.

·       ISER, Wolfgang: «El proceso de lectura», En José Antonio Mayoral (compilador). Estética de la recepción, Madrid, Arco Libros, 1987.

·       Eco, Umberto, 1992, Interpretación y sobreinterpretación, Cambridge, Cambridge University Press, 1995.